Iquique es hoy en día un puerto, balneario y ciudad cosmopolita de gran crecimiento turístico y comercial, siendo la misma capital de la región. Como lugar turístico resulta privilegiado por su gran clima y posición portuaria, además del marcado cosmopolitismo que ha caracterizado a la ciudad por los últimos doscientos años. Pero Iquique no siempre comenzó de esta manera, desde sus muy inciertos y humildes inicios hasta la actualidad existen muchas anécdotas, datos y curiosidades sobre su historia que muy poca gente conoce, Hoy te contamos algunos ellos y te aseguramos que alguno, sino todos, serán sorpresas para ti.
1. Nadie sabe cuando se fundó Iquique. Y es que a diferencia de la gran mayoría de las ciudades americanas Iquique no cuenta con una fecha clara de fundación. Si bien la presencia de actividad humana se remonta a miles de años, conociéndose que hace unos cuatro mil años tribus nómades y semisedentarias desde la playa “El Colorado”, por el norte hasta “El Molle”, por el sur, habitaron el territorio. Durante la conquista española no era más que un muy reducido caserío indígena, variando su población y su actividad económica (pesca) muy poco durante siglos.
2. El significado de su nombre es bastante incierto. Probablemente hayas escuchado que el nombre de la ciudad proviene del aymara “Ike Ike”, lo cual se traduce usualmente como “lugar de sueño” o bien “lugar de descanso”, sin embargo, el lugar a sido llamado de distintas maneras a lo largo de su historia; Puerto de Tarapacá, Icaiza, Ique-Ique o Nuertra Señora de la Concepción de Ique-que. Debido a esto y a su incierta fundación no nos queda del todo claro si alguna de las denominaciones más antiguas como “Icaiza” o “Ique-Ique” nacieron como derivados del vocablo aymara o bien fue una correlación que historiadores hicieran a posteriori.
3. ¡Piratas y corsarios! Como decíamos, la actividad de Iquique no varió mucho por siglos, pero en 1556 se daría inicio a la exportación del mineral de plata de Huantajaya, lo cual daría inicio a uno de los variados ciclos de esplendor económico y crecimiento del entonces pequeño puerto. Es en esta época, bajo el Virreinato de Perú, que varios piratas y corsarios rondaban la zona. En 1574 el famoso pirata Francis Drake asoló la aldea, aunque solo se encontró trece barras de plata (la mayoría era transportada a la ciudad nortina de Arica, donde estaban las Casas Reales). Luego, en 1600, el pirata neerlandés Oliven van Noort saqueó por completo el pueblo, incluida su capilla.
4. La desaparición de Iquique. Luego de la independencia de Perú, y los problemas políticos de profunda anarquía que le siguieron el caserío de Iquique pasaría por su peor momento. Al no contar con autoridades permanentes el lugar iría cayendo en el olvido, en 1824 parte del ejército español que provenía del Alto Perú pasó por Iquique, saqueando dos modestas casas de comerciantes y asesinando a un residente británico. Resultado de esta inestabilidad fue que los residentes optaron por abandonar la aldea, en 1827 una expedición francesa que realizó un reconocimiento geográfico detallado desde Mejillones hasta Ilo no hace referencia alguna a la existencia de Iquique.
5. La influencia extranjera. Posteriormente al ciclo de plata y luego de la citada independencia del Perú se daría inicio en el lugar al ciclo del salitre, lo cual posibilitó la recuperación y el aumento de la población de Iquique, y ya desde el siglo XVII el puerto recibiría cada vez más la influencia y la visita de extranjeros. En 1833 ya se cuenta con mas de 600 habitantes y muchos de ellos eran extranjeros. En 1826 los británicos George Smith y William Bollaert se vincularon a la industria del salitre y prepararon el primer mapa general de la provincia. Desde inicios de la década de 1830 residían en la ciudad cuatro franceses, nueve súbditos británicos, y vente chilenos. En 1838 llega John Blake, quien durante un año recorre y describe las rudimentarias salitreras. En 1839 el francés Alejandro Cochet inaugura el primer laboratorio de la ciudad. Y en 1835 el famoso naturalista Charles Darwin pasa de visita por la ciudad. Cabe destacar que esta influencia extranjera en la economía de Iquique no estuvo exenta de xenofobia e incidentes de violencia, muchos de ellos respaldados por las autoridades de la época.
6. Las epidemias. Durante el transcurso del siglo XIX el devenir de la ciudad se vio marcado por constantes migraciones, trastornos militares y políticos y desgracias naturales los cuales obligaron a reedificar y repoblar Iquique en más de una ocasión. En 1855 se declaró en el poblado una grave epidemia de tifus que hasta diciembre causa 123 muertes. En 1867 se desencadenó en el sur peruano una de las peores epidemias registradas hasta la fecha, el de la fiebre amarilla, en Pisagua por ejemplo, murieron 600 de sus 1.200 habitantes. Para evitar la propagación de la enfermedad se implementaron curiosas medidas, en noviembre de 1867 fue prohibida la importación de chicha desde Chile. A partir de diciembre se hacían fumigaciones con pólvora de minas. En marzo de 1869 se inician visitas a las casas de infectados o sospechosos de estarlo y se ordena la total supresión de los lugares de venta de alcohol. Las improvisadas medidas dieron, sin embargo, sorprendentes resultados y hasta el inicio de la Guerra del Pacífico no existen reportes de nuevas epidemias.
7. Lluvias, terremotos y maremotos. Iquique nunca ha sido ajeno a los desastres naturales, si bien las lluvias, por su ubicación geográfica, nunca han sido un problema constante, sí han causado destrozos las contadas veces que se han producido debido a la casi nula preparación de las casas. El tema de terremotos y maremotos es distinto, muy presentes en su historia; el 13 de agosto de 1868 un fuerte sismo cobró la vida de 153 personas, entre ellas Federico Bokenham, único médico residente de la zona. El 9 de mayo de 1877 otro terremoto arrasó la ciudad, destruyendo la estación de ferrocarril, parte de las bodegas de salitre, los almacenes de la aduana. Este sismo costó la vida a 13 personas, nueve de ellas ejecutadas por guardias civiles al ser sorprendidas robando en las casas temporalmente abandonadas.
8. ¿Y la luz? El alumbrado público fue un gran quebradero de cabeza durante los siglos XVIII y XIX, un noruego, Alberto Hansen, recordaba que, desde mediados de siglo, cada vecino estaba obligado a instalar a la salida de su casa un farol de vela. En septiembre de 1867, el británico Henry Adams acordó con las autoridades locales iluminar la plaza con faroles a gas, luego del terremoto de 1868 Adams repuso el servicio pero nunca se le pagó.En julio de 1869 la Junta Municipal de Iquique acordó organizar bajo su responsabilidad el alumbrado público, determinando que el costo dl servicio fuese asumido por los vecinos, esto no resultó muy bien, porque al considerarlo un servicio municipal la gente se negó a pagar. El 13 de abril de 1872 la Municipalidad acordó con Juan Nairu el servicio del alumbrado público a un costo de cuatro soles por farol. El servicio funcionó bien, no así los pagos, la deuda fue finalmente absorbida por el ministerio de Gobierno. En noviembre de 1877 el Consejo Departamental debía a la Compañía de Alumbrado de Gas cuarenta mil soles, y desde principios de ese año la ciudad pasaba sus noches en completa oscuridad. En septiembre de 1879, ya en medio del bloqueo chileno, la Compañía de Gas exigiría al Consejo Provincial el pago de sus servicios, se acordó discutir el tema en futuras reuniones, las cuales por supuesto nunca se dieron.
9. La iglesia no está frente a la plaza. Además de estos desastres, los incendios posteriores eran un problema, el 9 de junio de 1873 un voraz incendio destruye la Iglesia Matriz, luego en octubre de 1875 otro incendio destruyó el oratorio provisional que se había hecho a la espera de la reconstrucción de la iglesia. El 3 de agosto de 1876 se dio bendición desde Arequipa de la nueva capilla provisional, pero esta se quemaría de nuevo en octubre 1877. Luego de esto el Prefecto Bruno Bueno ordenaría la reconstrucción definitiva “no en la plaza principal, en un terreno céntrico pero alejado de siniestros” y así se hizo, inaugurada en febrero de 1878 en el lugar en que se encuentra hoy en día, transformando a Iquique en la única ciudad latinoamericana sin contar con un templo al costado de su plaza principal.
10. Durante el Combate Naval de Iquique Perú solo sufrió una baja. Y es que este combate, del que siempre se ha destacado el arrojo y la valentía del capitán chileno Arturo Prat, lo cierto es que los “marineros” a bordo de la Esmeralda eran simples campesinos enrolados poco tiempo antes, muchos ni sabían nadar. Es por esto que desde el bando peruano solo se lamenta la baja del teniente segundo Jorge Velarde, mientras que chile lamentó 143 muertos, 57 prisioneros y un número incierto de heridos.
Estos fueron diez de los datos que consideramos más interesantes de la historia de Iquique, hemos querido concentrarnos en el período previo a la ocupación de Chile luego de la Guerra del Pacífico, debido a que suele ser un período casi completamente olvidado por los historiadores. En otra ocasión podríamos realizar una segunda parte, ya de lleno en los grandes cambios del siglo XX y el devenir actual de esta bella ciudad.