Cuando la universidad de Washington vino a conocer el altiplano…


A unos 3.000 metros sobre el nivel del mar y a unos 240 km al noreste de Iquique encontramos el pueblo de Nama; pueblo muy pequeño que destaca por estar situado en una quebrada y estar habitado por unas 14 familias de ascendencia Aymara. Pero me estoy adelantando un poco, este relato comienza mucho antes, involucra a una delegación de la Universidad de Washington y de cómo vinieron a visitar estas tierras tan alejadas y ricas de cultura. Esta crónica trata de cómo ellos vinieron a aprender:

Desde hace un tiempo hemos tenido la idea de poder difundir el arte y la cultura de las diversas comunidades aymaras del altiplano y no solo ofrecer tours turísticos de una naturaleza lúdica, es decir, sentíamos que la experiencia de viaje a estas hermosas tierras podría ser aún más enriquecedora. Ya puestos a esta tarea, y junto a diversos profesionales ligados a la educación pudimos eventualmente desarrollar planes educativos, y esto en un perfecto momento, dado que se nos contacta desde la Universidad de Washington para contratar nuestros servicios.

Día 1:

Ya llegados el día del viaje nos encontramos con el médico acompañante de la comitiva y la profesora Úrsula Mosqueira, ambos de origen chileno. Ellos serían nuestro puente idiomático para con los estudiantes de medicina de esta universidad ubicada en Seattle. Luego del viaje en bus en el cual pasamos brevemente por el Gigante de Tarapacá, nos encontramos por fin con nuestro primer destino; Camiña, Pueblo ubicado a 2.800 m.s.n.m. a 195 kms. de Iquique.

Este lugar, aparte de ofrecer sus bellos paisajes, posee lugares con interés arqueológico. Los petroglifos y las pictografías de Chillayza. Los cuales fueron realizados por sus habitantes entre los años 900 y 1400 después de Cristo. Sin embargo, no los visitaríamos hasta el tercer día de nuestro viaje. Una vez llegamos junto a la comitiva al pueblo es tiempo de llevar a los chicos de Estados Unidos a sus respectivos alojamientos y de disfrutar de un almuerzo típico de la zona. ya en el transcurso de la tarde, se visitará la chacra de la familia Vilchez, quienes, poseen principalmente en sus cultivos ajos y zanahorias. Ellos acompañan a los estudiantes y realizan una completa muestra y descripción de los distintos procesos artesanales agrícolas. Luego de la cena todos se dirigen a sus habitaciones. Ha sido un día agotador.

Dia 2:

Luego de un buen desayuno Don Fortunato Vilchez realiza una muestra de las hierbas medicinales que se cultivan en la zona, luego de esto continuamos el viaje. Camiña queda atrás y nos dirigimos hacia Nama. Una vez instalados en el pequeño poblado, se procede a una visita guiada a la Iglesia de Nama, la cual dataría, según la inscripción de su campana, de 1870, siendo posterior a la Capilla. Se emplaza sobre una plataforma y constituye el núcleo de la trama urbana de lo que se conoce como pueblo nuevo. Dicha capilla marca el núcleo fundacional del poblado y se emplaza sobre una pequeña colina, muestra de sincretismo religioso, pues es muy probable que esta colina haya sido utilizada como cerro ceremonial local o mallku menor.

Ya Durante el almuerzo podemos degustar una exquisitez, un plato tradicional conocido como “la Watia”, y somos testigos de todo el proceso de preparación. La Watia es preparada en un hoyo en la tierra o bien en un pequeño horno construido para la ocasión, el cual es tapado con hojas de alfalfa, tierra y piedras. Este plato se compone principalmente de papas de la zona, carne de camélido, maíz y zapallo. Es tradición realizar un baile en forma de ronda alrededor de la watia, en el cual todos los visitantes podrán ser partícipes junto a la comunidad, está un poco de más decir que resultó muy divertidos ver a todos los chicos de Estados Unidos siendo parte de este baile. Luego se realiza una visita y muestra de Camélidos, (esquilado y telar de cuatro estacas) para terminar la jornada de este día con una cena y una fogata. Aquí conocemos muchas de las historias de estos jóvenes. Como muchos de ellos debieron trabajar además de trabajar para costear este viaje, cómo a algunos les costó mucho convencer a sus padres de tomar el viaje a Sudamérica en vez de los destinos más tradicionales y que se perciben como más seguros de Europa, y claro, cómo han quedado maravillados tanto por la gente como la cultura y tradiciones del altiplano chileno.

Día 3:

Lamentablemente el último día de nuestro viaje. Luego de un buen desayuno es hora de partir desde el maravilloso pueblo de Nama y regresar, primero hasta Camiña a recoger el equipaje que se dejó allí, y luego esta delegación norteamericana debe continuar su viaje por Chile y Sudamérica. Sin embargo, aún nos queda un lugar a visitar, los petroglifos de Chillayza. Gran patrimonio cultural del sector. En el se puede apreciar a través de las pictografías realizadas hace tanto tiempo cómo la gente local plasmó sus sentimientos, preocupaciones y sueños. Se siente como si esas voces y visiones del pasado nos visitaran por un breve instante. Sencillamente sobrecogedor…