Cabalgatas, tradiciones y futuro

Conversamos con Aland Álvarez Alday del emprendimiento Ruta Huasquiña, quien nos cuenta sobre la historia de su emprendimiento, sobre sus raíces, su pueblo y sus planes a futuro.

1. Aland, tú, junto a tu familia, tienen un emprendimiento relacionado con el turismo, ¿cómo surge esta idea, este emprendimiento?

Este emprendimiento nace porque en nuestro pueblo antiguamente habían caballos, habían tropas. Mi padre siempre mantuvo este recuerdo, este anhelo de esas vivencias, porque cuando él era pequeño, (5 años, hasta 15 años) él junto a todos sus primos iban al pueblo a pasar sus vacaciones y compartir allí. Su abuelo poseía una tropa de caballos, entonces lo que hacía mi bisabuelo era llevar y vender verduras en Huara, como mi bisabuelo tuvo 12 hijos muchos de ellos trabajaban en la pampa, eran calicheros, estuvieron en Humberstone, lo que hacía él era que las mujeres o los hijos mayores se quedaban trabajando, y los mas chicos iban al colegio y algunos se quedaban en las chacras, lo que hacían era llevar la tropa haciendo el camino de Chintuya, subían una pampa y llevaban la mercadería a la Carona, lo que era acompañado por toda la gente del pueblo, iban unas 5 familias y todas tenían caballos o algunas mulas, etc. De hecho, donde tenemos actualmente el Hostel estaba el corral de mulas, desde ahí parte la idea.

Mi padre siempre quiso, dado que es muy apasionado por el tema de los “cowboy’s”, de la guerra del pacífico, de la guerra de independencia, y bastante ligado a Jorge Inostroza, como le gustaba el personaje de Manuel Rodríguez, entonces es una mezcla de muchas influencias. Esto se sumó un día junto a un amigo empresario de nombre Pedro Videla, como él tiene bastantes animales, ambos se entusiasmaron y partieron con un caballo, luego con dos, etc. Entonces como no sabían básicamente, entre los dos no hacían “un huaso”, eventualmente aprendieron a hacer de todo.

Luego del primero, nuestros dos primeros caballos fueron una yegua, la Gretel, que ya falleció, cuando ocurrió esto hicimos un ritual y la sacrificamos en la pampa, entonces dejamos su cadáver en la pampa para que la misma Pacha Mama se la llevara, y el otro fue el Farkas, quien sigue y como que “rejuveneció”, está mucho más guatón ahora.

Entonces esto partió por un asunto de “hobbie”, luego mi padre compró otro caballo, la China, otra yegua que también falleció, porque no teníamos una buena noción de los cuidados. Como mi padre tenía sus caballos en la parcela de su amigo, pasó mucho tiempo hasta que trajimos los caballos a Huasquiña. Y partimos de a poco, primero con un corral, para un caballo. Luego, en un momento dado, mi padre hace una inversión y compró 5 caballos, y esos fueron los primeros que tuvimos; “La Gringa”, “El Potro”, otra yegua, además de “La Estrella” y “La Canela”, puros caballos cuarto de milla con árabe, muy lindos, son los mas lindos de los que tenemos actualmente, y así partió.

Mi padre en ese momento con el Pedro y un grupo de amigos se juntaron y hubo un movimiento que se llamó la Cabalgata de San Andrés de Huasquiña, entonces ellos en las fechas de noviembre siempre hacían esta cabalgata, yo recuerdo que en mis tiempos de universidad me dijeron; “mira, vamos a una cabalgata, tienes que venir en noviembre” y así me subieron a un caballo sin saber mucho y partí de Huasquiña a Pica y estuve cuatro días metido en la pampa, pasando el desierto, durmiendo en las noches a plena pampa, etc. Entonces todo esto partió de una manera muy familiar y por hobbie.

Luego de mi experiencia, me di cuenta, como mucha gente había pasado por la cabalgata, además de que nosotros llevamos más de 15 años haciendo cabalgatas y haciendo muchas rutas, como la gente hace rutas de trekking así yo he hecho muchas rutas troperas por los pueblos, entonces me quedan dos sensaciones, una que es una experiencia “filete”, muy linda y que se podía replicar, se podía vender. Nosotros lo hacíamos por “amor al arte”, todos los costos los cubríamos nosotros, pero me decía a mi mismo que había una oportunidad de negocio en esto, pero había que “meterle lucas” y paciencia, porque aparte aún nos queda conocer un mundo del tema de caballos. Gracias a Dios las cosas se han dado, en el sentido de que mucha gente que ha llegado a estar con nosotros, o sea, que nos ha aportado; tuvimos un trabajador que se llamaba “Jimmy”, quien nos ayudó bastante y lamentablemente falleció, teníamos al “Quico” quien está en el sur ahora, él nos ayudaba bastante, él era el verdadero “huaso” que nos enseñó todo lo que sabemos y era la columna vertebral de las cabalgatas, yo aún lo echo de menos, él tuvo que irse al sur por asuntos familiares, y hoy tenemos en nuestro equipo de trabajo a Jonny; entonces se partió con un caballo, luego cuatro, luego un corral, se han pasado bastantes penurias, nuestros caballos en un tiempo adelgazaron, también todo el tema de la pandemia que nos pegó, y así surgió nuestra idea de emprendimiento, tomar esta iniciativa que es un hobbie que tenemos y que puede ser un producto, porque a veces pensamos que podríamos tener 4 caballos y ser para la familia, y serían suficientes, pero yo creo que estaríamos obviando lo más importante, que nuestro abuelo, por ejemplo, hace unos 4 años atrás, fue un abuelo nuestro, el tío Corsino Pereda, muy conocido en la pampa del Tamarugal, que cabalgó una mula, debió haber tenido entre 74 y 75 años y realizó nuestra ruta de cabalgata, hizo Chiapa, Jania, Sotoca, Chipisa, Huasquiña y nos llevó por esos caminos y él estaba fascinado. Entonces además de ver esto como una oportunidad de negocios lo vemos más como una oportunidad de que el pueblo, la historia, los caminos, no se pierdan, y en eso estamos.

2. Y ¿qué retos y dificultades han tenido que enfrentar?

Los retos y dificultades que he tenido que enfrentar para esto han sido bastantes; de partida, yo con mi padre no somos personas que se han criado con caballos, por lo que hemos dependido de otras personas. No tenemos los tiempos y nos ha costado un montón aprender, etc. También el tema de los trabajadores, dado que es complicado tener trabajadores en Huasquiña que estén 100% con los caballos, ahora recién, luego de años, tenemos un equipo de trabajo bueno y más complementado. Vimos que para hacer este negocio era necesario desembolsar lucas, pagando los sueldos, etc. hemos invertido plata en tener un equipo de trabajo acorde con lo que soñamos. Esa es una parte, lo otro es que no sabíamos nada de caballos, si tu me preguntas “¿sabes herrar un caballo?” mi respuesta es no, he comprado un kit de herraje y aún necesito aprender, todo esto de la pandemia me ha quitado la oportunidad de ir a cursos porque ha limitado los viajes. Entonces hay conocimientos que necesitamos adquirir y se encuentran pendientes. Además de que se nos han muerto caballos porque no teníamos servicios de veterinario aquí, porque también faltan los profesionales de caballos, entonces no estaban los cuidados necesarios. Se nos han muerto caballos por cólicos, se nos han caído caballos, etc. y no solamente caballos, trajimos vacas y nos dimos cuenta que las quebradas son muy accidentadas para las vacas, se nos murieron vacas, se nos cayeron caballos, gracias a Dios no hemos tenido accidentes con personas.

Además, gran parte de la inversión que hacemos es traer el alimento desde el sur. Hoy en día tenemos un porcentaje de 30% y 70%, donde 30% es de los que producimos de alimento y el otro 70% se trae desde el sur, tanto pellet como fardos de alfalfa. Por lo que parte de este emprendimiento estaba destinado a que parte del gasto de alimentación quedase cubierto con la afluencia de turistas. Entonces esas han sido las dificultades; la comida, los trabajadores, el aprendizaje, y además uno no puede “enamorarse” de los animales, porque los animales “pasan”, se accidentan y hay que aprender a vivir con eso, entonces es complejo, entonces eso ha sido lo más difícil hasta ahora.

Y ahora se suma a la falta de recursos por la pandemia, ahora hemos hechos muchas inversiones en sillas de montura, en marketing, trabajadores, alimentos, caballos, veterinarios, y nosotros proyectábamos que el 2020 fuera un año fructífero u no pasó nada, y el 2021 sigue así y no podemos “parar”, los animales no van a dejar de comer. Han existido ayudas e iniciativas paliativas de las entidades como Sercotec y Corfo pero un negocio de esta envergadura no es sostenible actualmente. Gracias a Dios nosotros tenemos otras fuentes de financiamiento que es el trabajo de contadores, entonces eso suple bastante la operación, pero ¿hasta qué momento? Y aparte de esas dificultades está el tema de profesionalizar este tema, dado que partió como un hobbie pero luego cuando uno comienza a certificarse hay procesos, y es necesario tener un botiquín, extintores, hay que tener los procesos que pide Sernatur lo que significa mayores costes de inversión sin tener un retorno. Y sinceramente, no esperamos tener un gran retorno con esto, pero por lo menos llegar a “cero” a un balance, lo que en el corto plazo no se ve posible. A pesar de ello hay que seguir “dándole”, Huasquiña no se construyó en un día entonces hay que seguir.

3. ¿Cómo ha afectado a su entorno, a la comunidad de la localidad, toda esta incursión dentro del turismo?

Ha sido un espectro bastante amplio, hay gente que en un principio como que “no enganchaba”, realmente no quería, prefería tener el pueblo en una “paz” y después, de a poco se fueron encantando, entonces he visto como se ha dado una proactividad y la gente de a poquito se ha ido “dando cuenta”. Bueno, mis tíos abuelos, los de la cuarta generación hacia arriba, ellos solo “ven”, opinan y todo, pero ellos ya están viviendo su vida. A los que más les ha interesado son los de la generación de mi padre que son quienes más ven oportunidades con los servicios de alojamiento, y que haya más “movimiento” y más gente, porque también otro de los objetivos de este emprendimiento es ayudar a que Huasquiña se repoblara, entonces el turismo es una opción para que la gente fuera a vivir. Ya unos tíos se fueron a vivir a Huasquiña, mis padres también se fueron a vivir, y varios tíos más. Entonces todo esto da movimiento, se dan oportunidades para que haya una pequeña economía, y por ese lado ha sido bastante fructífero el tema de que la gente vea el lado positivo. Además, como te decía, gran parte de esta iniciativa va por rescatar la historia y las tradiciones que de otra forma se van perdiendo. Por eso ha sido bastante importante el tema de llevar a los caballos, y llevar a los profesionales de distintos ámbitos, dado que yo por ejemplo me relaciono con profesionales de distintos ámbitos, como psicólogos, antropólogos, historiadores, profesores, gente de marketing, de turismo, entonces todo esto va “aumentando el valor”.

4. ¿Cómo los ha afectado todo el tema de la pandemia y los confinamientos?

La pandemia nos ha afectado en dos motivos, el primero por el tema de la movilidad, si bien mis padres viven en Huasquiña y tienen residencia ahí, yo y los trabajadores ya no teníamos un transitar tan fácil, porque lo fines de semana yo iba a trabajar en las chacras, a cortar pasto o madera, y eso se cortó. Eso limitó bastante nuestra movilidad, aparte el asunto de la cuarentena que no ha habido turistas. Son muy pocos los que van, ha llegado uno o dos. Además, el tema económico, porque el tema de andar a caballo igual es un tema bastante costoso y es una inversión en una experiencia única, entonces no es tan fácil que la gente vaya.

5. ¿Qué tipo de apoyos y ayudas externas han podido implementar?

Lo que he aprendido de todo este proceso es que en pedir no hay engaño, el año pasado postulé a Conadi, al fondo de inversión de Conadi Turismo, y ahí me ayudó bastante el marketing, en temas de fotografía, material publicitario, y lo más importante fue la adquisición de monturas, y todos los aperos para las cabalgatas. Ocurría que yo tenía unas monturas, pero eran muy antiguas, por lo que se compró monturas nuevas.

Luego postulé a estos fondos de Sercotec, como ruta digital, con eso me apalanqué en el tema digital, compré canva, se pagó promoción en Facebook, y el celular que tengo ahora para poder subir fotos a Instagram y manejarme en las redes sociales. Después postulé al PAR Impulsa Tamarugal, el cual está vigente y estamos desarrollando e implementando con el tema de recuperación de gastos y vamos a hacer unas cápsulas publicitarias que estamos trabajando con TarapacArt, eso y sigo postulando a distintos fondos porque es necesario. Lamentablemente este emprendimiento, si hubiese sido de otra manera se habría acabado, yo no le puedo decir a mis animales “no hay plata, no hay para comer”, entonces tengo que seguir dándole. Las ayudas estatales han sido bien fructíferas y buenas, el tema del subsidio del empleo para mis trabajadores, pero puntualmente esto es completo. En los subsidios también hay que invertir, hay que poner el IVA y hoy en día no tengo plata. Los subsidios han sido limitados por parte del turismo, pero es necesario estar. Yo estoy pensando en los siguientes 10 años, no en el próximo año.

6. A cualquiera que desee o tenga la idea de emprender de una forma similar, ¿qué recomendaciones y lecciones les ha dejado todo este arduo camino?

Yo creo que me identifico con el nieto o el descendiente de los pueblos originarios del norte, como que piensa que si realmente lo que uno tiene es un producto que se puede vender, si es algo que se puede comercializar, yo creo que sí. En otra entrevista yo dije que creía que éramos millonarios porque nuestra cultura, nuestra tierra es hermosa, entonces hay cosas que nosotros realmente no valoramos y deberían ser valorizadas. El año pasado falleció mi abuela y se llevó bastante historia que siento que daría todo del mundo por volver a escucharla y volver a estar ahí. Entonces mi pueblo, los membrillos, los caminos, los relatos, las estrellas, todo eso es todo. Y como nosotros estamos en el día a día terminamos yendo al pueblo a puro tomar, a comer y hacer asados, y realmente no estamos correspondiendo al enorme valor que tiene esta tierra. Yo siento que esto es una buena medida para hacer turismo originario, para mostrar al mundo lo que somos nosotros y ese mundo realmente lo monetizará en el verdadero valor que esto tiene. Entonces realmente los insto a generar redes, insto a los emprendedores jóvenes que no partan con tanto, nosotros el error que cometimos fue partir con muchos animales, partir con una inversión muy grande, pero no es tan difícil ser guía, de repente contar una historia, partir desde a poco, ir probando, así eres guía del día a día. Contar historias de tu pueblo y así poco a poco saldrá. Una de las cosas que te enseña la tierra es que uno no planta la semilla “al tiro”, se demora, entonces que no lo hagan con tanta inversión, que lo hagan más para los servicios, y de a poco vayan y háganlo. Porque cuando la idea es buena y se hace con pasión el pueblo mismo los va a recompensar, la misma Pacha Mama los va a recompensar y les dará los resultados.